Una piscina es una instalación artificial diseñada para la recreación y el deporte acuático, como la natación. El término «piscina» proviene del latín «piscis», que significa pez, ya que originalmente se utilizaba para denominar estanques destinados a peces de agua dulce o salada.
A lo largo de la historia, las piscinas han tenido diferentes propósitos, desde servir como depósitos de agua hasta convertirse en lugares sagrados, como las pilas bautismales utilizadas por los primeros cristianos.
- En algunos países como México, se utiliza el término «alberca» para referirse a piscinas grandes destinadas principalmente a nadar.
- Por otro lado, en Argentina se les llama «piletas de natación» o simplemente «piletas».
Existen diversos tipos de piscinas según su estructura y función, como las fijas, portátiles y desmontables. Se construyen con materiales que van desde el acero inoxidable hasta el poliéster o el hormigón armado.
Dentro del ámbito deportivo, existen tres tipos principales de piscinas: olímpicas, semiolímpicas y recreativas. Cada una adaptada a diferentes necesidades y disciplinas acuáticas.
Hoy en día, las piscinas han evolucionado tecnológicamente para garantizar un mantenimiento más sencillo y eficiente. Los avances en sistemas de filtración y tratamiento del agua han permitido mantenerlas limpias y seguras para los usuarios.
- Para mantener el agua limpia y transparente se emplean sistemas de filtración con materiales como arena silícea o carbón activado.
- Se utilizan derivados de cloro para desinfectar el agua y controlar su pH. En algunos casos también se recurre a agentes floculantes para eliminar algas u otros residuos sólidos.
Además de las piscinas convencionales, existen alternativas ecológicas como las piscinas naturales que prescinden del uso de productos químicos. Estas se mantienen limpias gracias a sistemas biológicos con gravas y plantas acuáticas.
Es importante considerar el cuidado del agua en las piscinas para evitar desperdicios innecesarios. Establecer sistemas de recirculación adecuados puede contribuir al ahorro hídrico y al mantenimiento sostenible de estos espacios recreativos.
Por último, es fundamental garantizar la seguridad tanto de los nadadores como del personal que trabaja en las piscinas. La exposición continua a productos químicos puede ocasionar efectos nocivos en la salud respiratoria, por lo que es necesario seguir protocolos estrictos de mantenimiento y vigilancia.