San Gavino Monreale es un destino que irradia autenticidad rural, con sus encantadoras casas de adobe que cuentan historias centenarias.
Su ubicación estratégica en el corazón del Campidano lo convirtió en el sitio elegido por la empresa minera Montevecchio, en el siglo XIX, para establecer una importante fundición de plomo, siendo en su época la más grande de Italia.
La ciudad original se formó alrededor de la iglesia de San Gavino del siglo XIV, fundada por un grupo de refugiados locales. Aunque ahora descentralizada, esta iglesia aún conserva elementos arquitectónicos góticos únicos en su extremo sur.
En su estructura se pueden admirar un ábside gótico y, en su lado sur, un pequeño portal junto a una única ventana lanceta con arco agudo. Además, se han descubierto cuatro relieves tallados en piedra caliza en las ménsulas del ábside, identificados como retratos de figuras históricas como Eleonora d’Arborea o Brancaleone Doria.
El territorio ha sido habitado por civilizaciones desde tiempos pre-nurágicos y nurágicos hasta la era romana, como lo demuestran restos arqueológicos como una necrópolis y los vestigios de una villa rústica romana.